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Guerra híbrida y zona gris: la estrategia de ambigüedad de Rusia en Europa

Introducción

En los últimos años, las tensiones internacionales se han intensificado en todo el mundo, desde la invasión de Ucrania por parte de Rusia hasta el aumento de las fricciones entre China y Taiwán. Estos conflictos no pueden explicarse completamente a través de los marcos militares o diplomáticos tradicionales. En cambio, revelan la aparición de un nuevo modelo estratégico: la guerra híbrida, un método que combina herramientas militares, económicas, tecnológicas e informativas para alcanzar objetivos políticos sin recurrir a una guerra abierta. Íntimamente relacionado con este concepto está el de la zona gris, un ámbito de competencia que existe entre la paz y los conflictos a gran escala, donde los estados emplean la ambigüedad para evitar la confrontación directa.

La guerra en curso en Ucrania demuestra cómo opera la guerra híbrida en la práctica. La combinación de ciberataques, desinformación, presión económica y guerra con drones utilizada por Rusia muestra cómo los conflictos modernos difuminan las fronteras entre el combate y la política. Tecnologías de bajo costo, como los drones, han revolucionado aún más esta forma de guerra, permitiendo que actores pequeños causen daños significativos mientras reducen al mínimo el riesgo directo.

¿Qué es la guerra híbrida y la zona gris?

Zona gris

El concepto de guerra híbrida suele aparecer en los medios como un sinónimo de la zona gris. Sin embargo, dentro del ámbito académico, la zona gris se considera más bien un término alternativo o complementario. Se sugiere que no son sinónimos, ya que la zona gris se define como un espacio de competencia que no llega a la guerra abierta. En este contexto, la guerra híbrida se entiende como una solución operativa para alcanzar objetivos políticos dentro de la zona gris, aunque no se limita exclusivamente a ella.

Aunque ambos conceptos comparten un enfoque similar, la zona gris se considera más física o práctica en comparación con la guerra híbrida. Las acciones de un Estado en esta zona no cruzan claramente el umbral de la guerra debido a su ambigüedad. Por ejemplo, una invasión con drones en la Unión Europea podría ser un ejemplo de acción propia de la zona gris. Es difícil considerar tales actos como una amenaza de guerra, lo que permite que el Estado agresor opere cerca de los límites legales o territoriales, manteniéndose a salvo gracias a la ambigüedad. En términos simples, la zona gris es un territorio político donde resulta difícil identificar claramente la agresión, y el agresor actúa de manera ambigua, aprovechando vacíos legales para obtener ventajas sin provocar necesariamente una respuesta militar.

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Históricamente, existen numerosos ejemplos de este tipo de tácticas. Rusia las ha utilizado en varias ocasiones antes de la invasión a gran escala de Ucrania. Esta es una de las razones por las cuales la reacción internacional ante la anexión de Crimea y las acciones rusas previas a 2022 fue moderada y de poco impacto. Un conflicto en la zona gris demuestra un cambio fundamental en el orden internacional basado en normas: al convertir la ambigüedad en un arma, un Estado busca socavar las reglas y debilitar las instituciones democráticas desde dentro.

De manera interesante, el analista Philip Kapusta sostiene que la zona gris puede tener aspectos beneficiosos. La ambigüedad que la hace tan frustrante también la vuelve útil para los líderes políticos. En las relaciones internacionales, esta ambigüedad permite que un Estado “pruebe el terreno” mediante actividades en la zona gris, para evaluar la fuerza de los compromisos internos o externos hacia un objetivo sin recurrir a la violencia letal de la guerra. En resumen, los conflictos en la zona gris representan una alternativa mucho menos destructiva que las guerras a gran escala. [1] [2]

¿Qué es la guerra híbrida?

Mientras que la competencia en la zona gris describe el entorno ambiguo entre la paz y la guerra, la guerra híbrida se refiere a los métodos utilizados dentro de ese entorno para alcanzar objetivos políticos. En otras palabras, la zona gris establece el escenario y la guerra híbrida proporciona el guion.

El nuevo concepto de guerra híbrida y sus amenazas asociadas puede entenderse como una amplia gama de medios, no necesariamente violentos, y como un concepto bastante alejado del poder militar tradicional. A través de métodos no violentos, un Estado puede lograr efectos políticos sin involucrarse directamente en un conflicto armado.

Este término fue introducido por Frank G. Hoffman, quien describió el modelo de guerra como una combinación de diferentes estrategias y enfoques, que incluyen capacidades convencionales, violencia, coerción, actos terroristas y desorden criminal. Esta definición subraya la importancia de combinar la fuerza militar tradicional con el uso de nuevas tecnologías. [3]

Sin embargo, varios académicos cuestionan si la guerra híbrida representa realmente un nuevo paradigma. Analistas como Michael Kofman y Lawrence Freedman sostienen que el término simplemente redefine prácticas antiguas de guerra encubierta e irregular bajo una etiqueta moderna. Desde esta perspectiva, las tácticas híbridas — que combinan propaganda, subversión y acción militar limitada — ya eran evidentes en las “medidas activas” soviéticas y en los conflictos por delegación de la Guerra Fría.

Aun así, la escala y la sofisticación tecnológica de las operaciones recientes de Rusia sugieren que la guerra híbrida ha evolucionado en alcance e impacto, incluso si su lógica fundamental no es completamente nueva. [4]

Características clave y elementos de la guerra híbrida

Fluidez y ambigüedad
Los debates sobre la guerra híbrida en Ucrania en 2014 pusieron atención sobre este nuevo término. La fluidez y ambigüedad de las amenazas y tácticas híbridas ayudaron a Moscú a lograr un cambio político relativamente no violento en Crimea. Para evadir un equilibrio de poder, Rusia utilizó una creativa estrategia como jugador débil. [5]

Actores no estatales
Para algunos académicos, la guerra híbrida y sus actores representan una nueva generación de actores no estatales (probablemente patrocinados por el Estado) que reemplazan el concepto tradicional de terroristas. Mantienen lazos con la población y se dedican a la propaganda mediante la acción, buscando influir social y políticamente sin recurrir siempre a la violencia directa.

Definiciones diversas
La definición de guerra híbrida difiere entre Occidente y Rusia. Para los rusos, la guerra híbrida es una nueva forma de enfrentar los conflictos sin recurrir al campo de batalla tradicional, utilizando métodos económicos, políticos y socioculturales. [6]

Métodos tácticos y sincronización
Debido a su naturaleza ambigua, resulta difícil identificar claramente las amenazas híbridas. Sin embargo, gran parte de la literatura las define por sus métodos tácticos. La guerra híbrida implica el uso sincronizado de diversos métodos operativos, y debido a su falta de claridad, el Estado víctima puede no identificar estos múltiples instrumentos a tiempo. [3]

Ambigüedad calculada
De manera similar a la disuasión nuclear, la guerra híbrida está llena de ambigüedad calculada. Este factor es clave para su eficacia, pues la incertidumbre es esencial para su éxito estratégico. [7]

Por esta razón, debido a la propia ambigüedad de la zona gris, resulta difícil detectar las amenazas híbridas hasta que estas escalan hacia un conflicto armado. Y aun en ese caso, no siempre puede afirmarse con certeza que haya ocurrido una guerra híbrida.

Actualmente, existen fuertes indicios de que Rusia ha empleado amenazas híbridas en varios países bálticos y de Europa del Este. Los partidos prorrusos en esas regiones han estado críticamente cerca de ganar elecciones presidenciales o parlamentarias en múltiples ocasiones, lo que sugiere la existencia de influencia política encubierta.

Comparación: Guerra híbrida vs. Zona gris

Dado que el conflicto en la zona gris, en esencia, puede incorporar métodos tradicionales y tácticas no convencionales, y considerando que una dependencia total de técnicas no convencionales probablemente sea menos efectiva para forzar rápidamente a un oponente fuerte, los Estados involucrados en conflictos de zona gris suelen emplear técnicas híbridas. Para ilustrar claramente las diferencias y coincidencias principales entre ambos conceptos, se presenta la siguiente tabla comparativa.

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Como muestra la Tabla 1, la diferencia principal entre ambos conceptos radica en el nivel y la ambición de cada uno. El conflicto en la zona gris es un concepto de nivel superior que opera en el plano estratégico y está directamente relacionado con ambiciones revisionistas globales o regionales. En cambio, la guerra híbrida se refiere principalmente a los niveles operativo y táctico. [8]

Las distinciones clave entre ambos conceptos son la duración, la simetría y la convencionalidad de las operaciones.

Duración y simetría
El conflicto en la zona gris se caracteriza por un compromiso prolongado y puede desarrollarse tanto en condiciones simétricas (entre potencias comparables) como asimétricas (entre actores desiguales). Por el contrario, la guerra híbrida puede ser prolongada o breve, pero generalmente se utiliza en contextos asimétricos, donde un actor más débil busca compensar sus desventajas frente a un adversario más fuerte.

Convencionalidad de las operaciones
En el conflicto de zona gris, las operaciones militares no convencionales pueden emplearse de forma independiente o combinadas con operaciones convencionales. [9] En cambio, la guerra híbrida utiliza las operaciones no convencionales como tácticas auxiliares, en apoyo de las operaciones convencionales principales.

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Esto refuerza la idea de que la zona gris es un amplio territorio estratégico de competencia, mientras que la guerra híbrida constituye una solución operativa que se usa con frecuencia dentro de ese espacio.

Los drones como herramienta de la guerra híbrida

El impacto de los drones en el campo de batalla moderno
Hoy en día, el conflicto en Ucrania ha demostrado el papel crucial de los drones en los campos de batalla modernos. Se estima que los drones representan aproximadamente el 70% de las bajas totales en ambos bandos. Además, resulta difícil encontrar tropas en las zonas de combate; la mayoría del tiempo hay operadores de drones en lugar de soldados tradicionales.

Así, en Ucrania, los drones actúan como actores clave en los conflictos modernos. A lo largo de la guerra, quedó claro que los drones son altamente efectivos contra equipos militares mucho más costosos y pesados, como tanques y aviones. Un dron que cuesta menos de mil dólares puede destruir un tanque de millones, y lo más alarmante es que es no tripulado, lo que reduce significativamente el número de bajas humanas. Gracias al uso de estos drones, Ucrania pudo defender sus fronteras sin provocar una escalada del conflicto hacia el occidente del país.

Al emplear tecnología barata, accesible y potenciada por inteligencia artificial, Kiev logró resistir ante un Estado 28 veces más grande, demostrando que la tecnología accesible puede equilibrar el poder militar.

Drones en Ucrania y el contexto de la guerra híbrida rusa
El papel de los vehículos aéreos no tripulados (UAVs) en la guerra sigue siendo complejo en el combate directo. Ucrania utiliza drones no solo como arma híbrida, sino también como armas kamikaze completamente operativas para destruir objetivos específicos, funcionando como armas convencionales.

Sin embargo, la naturaleza de estos drones es intrínsecamente de doble uso. Algunos de los drones empleados en la guerra pueden comprarse en sitios web comerciales. Por ejemplo, el “DJI MAVIC”, utilizado anteriormente por Ucrania, se puede adquirir en línea con precios desde 500 dólares. Estos drones son modificados en el campo de batalla para ser usados como pequeñas bombas. Incluso, algunos ucranianos han gastado su propio dinero para comprar nueva munición o drones, generando un mercado emergente de suministro militar liderado por civiles dentro de Ucrania.

El conflicto en Ucrania es multidimensional, con líneas difusas entre el uso cinético (militar directo) y el uso no cinético (estratégico o tecnológico) del poder. A través del uso simultáneo de medidas políticas, tecnológicas y militares para lograr sus objetivos, Rusia ha diseñado deliberadamente una estrategia de ambigüedad, aprovechando su poder para asegurar consenso antes de acciones militares posteriores. Rusia ha empleado los tres parámetros de la ambigüedad en la guerra híbrida, dejando a Ucrania sin otra opción más que luchar.

¿Guerra híbrida en la Unión Europea?

La estrategia de Rusia: guerra híbrida y tácticas en la zona gris
Desde que Estados Unidos consolidó su dominio en el escenario global, la influencia rusa en los países bálticos, Crimea y el este de Ucrania — desde 2007 — ha sido caracterizada como una combinación de guerra híbrida y tácticas de zona gris.

Rusia emplea estas tácticas contra miembros de la Unión Europea (UE) y la OTAN, utilizando diversos métodos de guerra cibernética para desafiar a la alianza militar. En Crimea (Ucrania), por ejemplo, Rusia recurrió a actores no estatales o “proxies” para compensar sus limitaciones militares.

En Europa del Este, Moscú combina herramientas económicas, ataques cibernéticos e influencia de actores no estatales. Un ejemplo claro fue cuando Gazprom canceló un acuerdo de descuento de gas con el gobierno de Yanukóvich, y posteriormente, cuando Ucrania se negó a aceptar la hegemonía rusa, su red eléctrica fue atacada, dejando fuera de servicio gran parte de la infraestructura del país.

Estos patrones se repiten en otros países: por ejemplo, la presunta interferencia rusa en las elecciones de Rumania. En noviembre de 2024, la Corte Constitucional rumana anuló los resultados de la primera vuelta presidencial, después de que los servicios de inteligencia presentaran evidencias de operaciones cibernéticas vinculadas a Rusia — campañas de desinformación impulsadas por inteligencia artificial y ciberataques — que distorsionaron el proceso electoral en favor del candidato de extrema derecha.

En marzo de 2025, una investigación periodística reveló que grupos prorrusos utilizaban Telegram para reclutar individuos dentro de la UE con el fin de realizar actos de sabotaje, vandalismo, incendios y operaciones de influencia en países de la OTAN. [10]

Por otro lado, a medida que la economía rusa se debilita, la frecuencia de estos incidentes parece aumentar. [11]

Durante este período, las fronteras entre el hacktivismo, el cibercrimen y las operaciones con respaldo estatal se han vuelto cada vez más difusas. Los conjuntos de intrusión —que históricamente se distinguían por su nivel de sofisticación, tácticas, técnicas y objetivos— ahora comparten herramientas y modos de operación similares. Esto se ejemplifica claramente en las oleadas de ataques DDoS lideradas por grupos hacktivistas prorrusos durante eventos electorales, donde el aumento de la actividad fue obsrvado como un comportamiento típico alineado con el FIMI, buscando asociar la disrupción con aspectos de operaciones de información.

Una aspecto destacado de esta tendencia es el “faketivismo”, donde grupos alineados con el Estado ruso adoptan identidades de hacktivistas para ocultar su origen gubernamental. Ejemplos notables incluyen el Cyber Army of Russia Reborn, vinculado al grupo ruso Sandworm, y el CyberAv3ngers, asociado a la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (IRGC).

Asimismo, los hacktivistas, en busca de financiamiento y visibilidad, han comenzado a emplear ransomware, además de ataques DDoS y ‘defacement’ (desfiguración de sitios web). El grupo CyberVolk, alineado con los intereses rusos, ha utilizado y promovido múltiples variantes de ransomware — AzzaSec, HexaLocker, Parano, LockBit y Chaos — desde mayo de 2024. Por su parte, KillSec, originalmente una marca hacktivista prorrusa alineada con Anonymous, lanzó su propia plataforma en junio de 2024.

Incursiones con drones: poniendo a prueba las defensas y debilitando el apoyo
Rusia ha adoptado nuevas tecnologías de drones y actualmente las utiliza para poner a prueba y amenazar a la Unión Europea. Para Europa, el uso de drones difiere del que se observa en las líneas del frente. La mayoría de los incidentes involucran UAVs presuntamente usados para espionaje o como mecanismos de distracción. Existe la posibilidad de que los drones enviados al espacio aéreo europeo tengan el objetivo de intimidar a Europa y, en consecuencia, presionarla para que reduzca su ayuda militar a Ucrania. Algunos analistas sostienen que Rusia utiliza esta táctica como una estrategia de “incentivos y amenazas”, con el fin de forzar a la UE a suspender su apoyo militar. [9]

En la Unión Europea, los drones funcionan como un elemento clave dentro de la guerra híbrida: son baratos, negables y deliberadamente ambiguos. Según varios informes, los ataques ambiguos y las amenazas híbridas de Rusia podrían dejar vulnerables a los consumidores de energía en Europa, especialmente durante el invierno.

Restricciones económicas y la estrategia del desgaste
Las presiones financieras sobre Rusia no han reducido sus ambiciones, pero estas limitaciones económicas influyen directamente en el cálculo estratégico del Kremlin. Mientras el Banco Central ruso intenta mantener la estabilidad económica, el efecto acumulativo de las sanciones y los gastos militares está poniendo en riesgo la capacidad del gobierno para cubrir sus costos. Los ciudadanos y empresas rusas han mostrado cierta creatividad para sortear las sanciones, pero la guerra prolongada y el aumento del gasto militar probablemente terminarán destruyendo la economía.

Para mantener el gasto, el gobierno ruso ya está buscando nuevas fuentes de ingresos, como aumentar impuestos y tarifas a las importaciones, además de recortar presupuestos no militares. [12]

El consenso entre los expertos es que un conflicto militar directo con la OTAN es altamente improbable, principalmente debido a las dificultades económicas de Rusia. El país simplemente no puede permitirse otra guerra a gran escala. [12] Incluso para sostener un conflicto mayor con la OTAN, Rusia primero tendría que consolidar sus fuerzas poniendo fin a la guerra en Ucrania.

Riesgo de escalada y resiliencia europea
Los recientes ataques con drones representan una grave amenaza para la energía y la infraestructura crítica europea. Aunque los incidentes más recientes ocurrieron relativamente lejos de los activos energéticos clave, siguen constituyendo un riesgo significativo y deliberado. Los informes advierten que una posible interrupción del suministro energético, especialmente con la llegada del invierno, podría provocar aumentos de precios y mayores costos de calefacción, afectando no solo la economía, sino también la estabilidad social.

Por ejemplo, la actividad de drones provocó el cierre temporal de aeropuertos en Dinamarca, lo que incrementó la sensación de incertidumbre y tensión en varios países de la Unión Europea. Los ataques en la zona gris en Europa — que incluyen incursiones con drones, ciberataques regulares e interferencias electorales — forman parte de una estrategia coherente de guerra híbrida cuyo objetivo es poner a prueba la resiliencia y la preparación de Europa.

Como sugiere el experto internacional Christo Atanasov Kostov, el Kremlin no busca conquistar a Occidente, sino agotarlo. Esta estrategia pretende ganar la guerra en Ucrania debilitando a Occidente, utilizando herramientas híbridas para sembrar dudas sobre la capacidad de la UE y la OTAN de prevalecer, además de generar dificultades internas que vuelvan políticamente impopular el apoyo a Ucrania. [13] Sin embargo, algunos académicos como Mark Galeotti sostienen que las campañas híbridas de Rusia han alcanzado su límite: pueden desestabilizar, pero no dominar a los Estados resilientes. [14]

Es muy poco probable que Rusia cruce la línea de la guerra híbrida y llegue a emplear fuerzas convencionales contra la UE o la OTAN, ya que ello sería financiera y políticamente insostenible. El reto para Europa es claro: resistir el cansancio y demostrar resiliencia, no miedo. Moscú probablemente continuará con sus ataques híbridos, pero Europa debe prepararse mediante la disuasión, la autonomía tecnológica y política, y una defensa colectiva reforzada. [15]

Conclusión

La guerra híbrida es una estrategia que combina fuerzas militares convencionales y no convencionales para alcanzar un objetivo político estratégico. La campaña de Rusia en Ucrania en 2014 aprovechó con éxito la ambigüedad de este modelo de guerra híbrida para tomar la iniciativa y asegurar ganancias políticas y militares, especialmente en Crimea y el Donbás. A través del uso de drones, operaciones cibernéticas y presión económica, Moscú continúa desafiando la seguridad europea mientras se mantiene por debajo del umbral tradicional del conflicto. Estas acciones demuestran que la guerra híbrida no es una alternativa a la guerra, sino un estado constante de confrontación ejecutado mediante métodos indirectos.

Para Europa, esta realidad genera graves desafíos estratégicos y financieros. Responder a ataques baratos y negables con sistemas de defensa costosos es insostenible a largo plazo. Por ello, la principal prioridad de la Unión Europea debe ser adaptar su modelo de disuasión, fortalecer su resiliencia tecnológica e informativa y reducir su dependencia de suministros energéticos externos.

La evolución de la guerra híbrida demuestra que los conflictos modernos ya no comienzan con declaraciones formales ni invasiones visibles. Surgen mediante la ambigüedad, la desinformación y el uso silencioso de la tecnología. Mientras Rusia continúe explotando estas zonas grises, la estabilidad de Europa dependerá de su capacidad para detectar estas operaciones a tiempo y responder colectivamente antes de que inicie la siguiente fase de escalada.

En última instancia, podemos concluir que Putin difícilmente detendrá la guerra hasta que sus ambiciones maximalistas se vean satisfechas. Seguirá utilizando cualquier método, incluida la desestabilización de Europa mediante ataques híbridos, para agotar a Occidente. Para la Unión Europea, el camino más recomendable sigue siendo diversificar sus fuentes de energía y demostrar resiliencia frente a los ataques híbridos, a fin de minimizar los riesgos de seguridad y los impactos económicos.

Referencias
[1] Damien Van Puyvelde, ‘Hybrid Warfare – The Continuation of Ambiguity by Other Means’, European Journal of International Security, Cambridge University Press, 2019, https://www.cambridge.org/core/journals/european-journal-of-international-security/article/hybrid-warfare-the-continuation-of-ambiguity-by-other-means/1B3336D8109D418F89D732EB98B774E5 [accessed 17 October 2025]. [2] U.S. Special Operations Command, Operating in the Gray Zone: A Strategy for Success, 2015, https://info.publicintelligence.net/USSOCOM-GrayZones.pdf [accessed 17 October 2025]. [3] Frank G. Hoffman, Hybrid Warfare and Challenges, Potomac Institute for Policy Studies, 2007, https://www.potomacinstitute.org/images/stories/publications/potomac_hybridwar_0108.pdf [accessed 17 October 2025]. [4] Oscar Jonsson and Robert Seely, ‘Russian Hybrid Warfare and Other Dark Arts’, War on the Rocks, 11 March 2016, https://warontherocks.com/2016/03/russian-hybrid-warfare-and-other-dark-arts/ [accessed 17 October 2025]. [5] Nathan K. Finney, ‘A Full Spectrum of Conflict Design: How Doctrine Should Embrace Irregular Warfare’, Irregular Warfare Initiative, 2023, https://irregularwarfare.org/articles/a-full-spectrum-of-conflict-design-how-doctrine-should-embrace-irregular-warfare/ [accessed 17 October 2025]. [6] Steven Woehrel, Russia: Strategic Economic and Energy Interests, Congressional Research Service, 2011, https://sgp.fas.org/crs/row/R42006.pdf [accessed 17 October 2025]. [7] Frank G. Hoffman, ‘Countering Hybrid Warfare: So What for the Joint Force?’, PRISM – National Defense University Press, 2019, https://ndupress.ndu.edu/Media/News/News-Article-View/Article/1979787/countering-hybrid-warfare-so-what-for-the-joint-force/ [accessed 17 October 2025]. [8] David Carment and Dani Belo, War’s Future: The Risks and Rewards of Grey-Zone Conflict and Hybrid Warfare, Webster University, October 2018, https://doi.org/10.13140/RG.2.2.25994.98249 [accessed 17 October 2025]. [9] BBC Russian, ‘Как Россия готовится к выборам на фоне войны и цензуры’, 2024, https://www.bbc.com/russian/articles/cm2zp2xl62mo [accessed 17 October 2025]. [10] European Union Agency for Cybersecurity (ENISA), ENISA Threat Landscape 2025, 2025, https://www.enisa.europa.eu/publications/enisa-threat-landscape-2025 [accessed 17 October 2025]. [11] European Youth Portal, ‘How Romania’s Presidential Election Became the Plot of a Cyber Thriller’, 2024, https://youth.europa.eu/news/how-romanias-presidential-election-became-plot-of-cyber-thriller_en [accessed 17 October 2025]. [12] Reuters, ‘Imported Cars Face Higher Fees as Russia Plans Domestic Production Boost’, 30 September 2024, https://www.reuters.com/business/autos-transportation/imported-cars-face-higher-fees-russia-plans-domestic-production-boost-2024-09-30/ [accessed 17 October 2025]. [13] Stefan Wolff, ‘Russia’s Permanent Test Is Pushing Europe to the Brink of War – Here’s What Moscow Actually Wants’, The Conversation, 2024, https://theconversation.com/russias-permanent-test-is-pushing-europe-to-the-brink-of-war-heres-what-moscow-actually-wants-266826 [accessed 17 October 2025]. [14] Mark Galeotti, Trouble at Home: Russia’s Looming Demobilization Challenge, Global Initiative Against Transnational Organized Crime, June 2025, https://globalinitiative.net/wp-content/uploads/2025/06/Mark-Galeotti-Trouble-at-Home-Russias-looming-demobilization-challenge-GI-TOC-June-2025.pdf [accessed 17 October 2025]. [15] Stefan Wolff, ‘Putin’s “Forever War” Against the West’, The Conversation, 2024, https://theconversation.com/putins-forever-war-against-the-west-267679 [accessed 17 October 2025].
First published in: World & New World Journal
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